Читать книгу Sexualidad y violencia. Una mirada desde el psicoanálisis онлайн

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[…] no se nombra de qué género se trata […], pero todos sobreentendemos por el contexto que es una violencia que ejercen los varones7.

Como ha demostrado la experta en neuroimagen cognitiva Gina Rippon8, no existe un cerebro femenino diferente del masculino9, y la utilización del género epiceno para aludir a hombres y mujeres sin necesidad recurrir al manido lenguaje inclusivo y aludiendo —constante y cansinamente— a ellos y ellas, algo que no debiera entenderse como una discriminación de la mujer, aunque adoptar este criterio pueda ser objeto de críticas por parte de los militantes de la corrección política, ignorantes de que el desdoblamiento altera la economía del idioma —y la belleza— de una lengua hermosa y precisa, como ha señalado muy recientemente el director de la Real Academia Española.

En suma, como bien ha señalado Eric Laurent, jugar con el poder del significante con la vana ilusión de neutralizar las diferencias —la sexual, entre otras— no es sino una manera de velar la no relación sexual:

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