Читать книгу ¿Qué queda del padre?. La paternidad en la época hipermoderna онлайн
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Este inédito totalitarismo del objeto, como lo he definido en L’uomo senza inconscio,10 se funda en una peculiaridad paradójica que consiste en su carácter bífido. Por un lado, en efecto, el discurso capitalista se rige por la fe idólatra y fetichista respecto al objeto de goce. Se trata de la fe en el objeto como remedio al dolor de existir. La teoría de la mercancía de Marx aisló bien este aspecto. La mercancía se anima de un valor que prescinde de su uso para investir la dimensión más amplia de la apariencia y del prestigio social. «Basta pensar en cómo, recientemente, la sociología ha investigado a fondo el valor adjunto que la figura de la marca (brand) introduce en la mercancía. La fe en el objeto que el discurso capitalista alimenta astutamente define el carácter artificialmente salvador del hiperconsumo. La salvación de la angustia de la existencia y de la fatiga del desear es buscada, no ya por la vía clásicamente religiosa del abandono de las cosas terrenales, sino por aquella (hipermoderna) de un consumo que ya no parece conocer límites. Esta salvación es artificial porque instala una forma de esclavitud del sujeto respecto al poder totalizador del objeto. El objeto de goce se perfila como consistente, sólido, no reductible a las palabras, fiable, no sometido a la aleatoriedad contingente del encuentro con el Otro, partenaire siempre presente, asexuado, fetiche desenganchado de la escena del intercambio simbólico y sexual con el Otro.