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A la expresión ¡ay de mí! le ha sucedido lo mismo que a otras expresiones pasadas de moda. La única lengua que todavía conserva esta expresión es el Yiddish. Los judíos modernos aún declaran su frustración exclamando “¡Oy bay!” que es la expresión abreviada de la expresión completa Oy bay ist mer. “Oy bay” es en Yiddish “Oh, ay,” una abreviación de la expresión completa “¡Oh, ay de mí!”

La fuerza completa de la exclamación de Isaías debe considerarse en el contexto del uso del lenguaje bíblico. La forma más frecuente para referirse a los mensajes de los profetas era “oráculo.” Los oráculos eran mensajes provenientes de Dios; podían ser buenos o malos. Los oráculos positivos empezaban con la palabra “bienaventurado.” En el Sermón del Monte Jesús usó este tipo de oráculo diciendo, “bienaventurados los pobres en espíritu, bienaventurados los que lloran, bienaventurados los que tienen hambre y sed.” Sus oyentes entendían que El estaba usando la fórmula profética, el oráculo que traía buenas noticias.

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