Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

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Durante ese muy largo tiempo, innumerables especies habían surgido y desparecido. Algunas dejaban su huella en la historia planetaria, pero muchas más pasaban desapercibidas y por ello no serían recordadas. Nuevos cambios climáticos importantes se habían iniciado, y la actividad volcánica estaba en aumento.

Desaparecidos los reptiles primitivos, los dinosaurios habían ocupado su lugar; habían llegado a ser inmensamente grandes y poderosos. Dominaban cielo, mar y tierra. Colmaban de vida el planeta. Sus variedades eran tantas que nunca podrían ser completamente clasificadas. Estaban tan perfectamente adaptados a su mundo, y llevaban tanto tiempo prevaleciendo, que habían llegado a una estabilidad peligrosamente parecida al estancamiento.

El pequeño dinosaurio se movía silenciosamente en dirección a su guarida. Avanzando entre la lujuriante vegetación, los juegos de luz y sombra le servían para pasar inadvertido entre la espesura. El nervioso representante de la especie dominante se movía actuando como depredador, y también como el posible almuerzo de algún individuo más grande; situación de lo más común desde que existía la vida.

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