Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

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Sacudió suavemente la cabeza para alcanzar un nivel más alto de sintonía con su entorno. Miró atentamente al suelo olfateando y descubriendo, gracias a una cuidadosa inspección, pequeños rastros que indicaban la ruta de huida de su peludo adversario.

El calor empezaba a arreciar, y en el horizonte se divisaba la ya familiar nube de cenizas proveniente de la última erupción de un cercano volcán.

El dinocazador se detuvo bajo la sombra de uno de los ya escasos helechos, e inició una especie de rito que, muchas generaciones atrás, habían comenzado a realizar sus ancestros.

Era algo que ningún paleontólogo imaginaría posible ni en sus más alocadas especulaciones. Un proceso que en el futuro sería desconocido al menos por la gran mayoría de los habitantes del planeta.

Cerró sus ojos. Concentrándose al tiempo de respirar pausadamente, empezó a pensar en colores: colores brillantes, colores vivos. Colores sin nombre que eran parte de un mundo más complejo que el simplemente visible. Estos representaban sensaciones, y eran el camino a su comunión básica con el planeta. Los rojos atardeceres volcánicos de los últimos años eran un buen punto de partida. El rojo era fuerza. El rojo era lucha. El rojo era sangre. El rojo era muerte.

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