Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

34 страница из 104

Cien millones de años de convivencia no habían hecho que los mamíferos ganaran gran terreno a los dinosaurios. Medraban y parecían diversificarse, pero no muchos habrían apostado por ellos en la carrera evolutiva. Eran débiles, eran asustadizos, no parecían muy listos, y no eran muy numerosos en comparación con los poderosos y antiguos gigantes. Pero definitivamente las apariencias engañan, y los mamíferos, no solo el entonces inexistente león, no son como los pintan.

En el momento en que el dinocazador se acercaba con un balanceo que le permitiría atajar cualquier intento de huida y acorralaba al mamífero contra la base de un muro de granito, enfrentándose a su mirada de desolación con total indiferencia, sintió algo más que la satisfacción del cazador exitoso.

El mamífero, entrecerrando los ojos a pesar de su comprometida situación, trató también de descifrar la repentina sensación que se sobreponía a su miedo.

Parecido a un tejón de regular tamaño, el mamífero, usando suaves gruñidos y sus patas delanteras trató de comunicarle algo a su verdugo. Bajo otras circunstancias, el asunto podría resultar incluso cómico, pero al dinosaurio no le hizo gracia. Titubeó solo un segundo antes de descargar el golpe mortal, y otros más para asegurarse. No obstante, la extraña y repentina sensación, amplificada por el reciente intento de comunión de su ahora muerto almuerzo, lo hizo volver su vista al cielo.

Правообладателям