Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

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Pero tenían competencia.

La gran mayoría de los mamíferos poseían una energía nueva y pura. Ya habían creado los primeros nexos con la energía del geotraxis. Era novatos, pero novatos con muchas ganas de aprender.

Muchos de ellos comenzaron también el proceso con ímpetu. Cerraron sus ojos y por vez primera, gracias a un poderoso instinto de supervivencia que surgió con fuerza de su interior, establecieron un nexo grupal de geotraxis con su mundo. Era un nexo tosco, espontáneo y todavía sin pulir. Pero era pujante, fuerte y, sobre todo, con infinitas posibilidades. Fue una demostración de poder que comenzó a captar la energía de más y más especies de mamíferos, que se unieron a la prueba con gregaria decisión.

Por desgracia para los dinocazadores, la gran mayoría de los otros dinosaurios guardaron un silencio total. Habían llegado a su límite. Los dejaron solos.

En el cielo, el bólido estaba entrando en la atmósfera, ahora convertido en una humeante bola de fuego.

Meteoro:Repito. ¿Existe un heraldo que hable en nombre de su mundo?

La primera respuesta tardó lo que parecieron unos eternos segundos en llegar.

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