Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

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La niebla comenzó a tomar consistencia, e inmensas formas regulares se fueron delimitando en el suelo. De las esquinas de cada una de las zonas cuadradas así marcadas surgieron repentinamente, en medio de una nueva explosión de chispas doradas, cuatro brillantes puntales semejantes a columnas de oro, que estaban colocados a distancias milimétricamente iguales. Levemente inclinados hacia dentro, se elevaron raudos hacia el cielo hasta encontrarse y fusionarse, con una nueva explosión de luz, en una cúspide a gran altura.

Después, sin pausa aparente, como telas tejidas por invisibles arañas, comenzaron a surgir de los postes los componentes de gigantescas estructuras geodésicas que, entrelazándose con toda precisión, pasaron a llenar las inmensas superficies laterales de las estructuras, hasta semejar piramidales torres de comunicación de tamaño descomunal.

Los animales atrapados en el interior de las ciclópeas construcciones estaban ahora como congelados. No movían un solo músculo. Adultos, crías, todos estaban como hechizados ante lo que no entendían ni de la manera más remota. Solo sentían una extraña seguridad. Una sensación de estar protegidos ante el inminente y portentoso suceso que estaba por ocurrir.

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