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Cuando Lacan en el seminario XI [1] aborda el tema de la pulsión dice: «la conjunción del sujeto en el campo de la pulsión con la conjunción del sujeto en el campo del Otro (del Edipo) permitiría una articulación que sería nada más y nada menos que la representación de los sexos en el inconsciente». Más aún: «la realidad del inconsciente es una realidad sexual». Ni para Freud ni para Lacan la diferencia sería representable y, sin embargo, aquí Lacan sugiere una conjunción que permitiría… ¿una representación de los sexos?

Esta cita me parece adecuada para mostrar que no solemos reparar en frases que no encajan en el canon —aunque sean de Lacan—, frases que aluden a la necesidad de seguir abriendo caminos en lugar de omitirlas o ignorarlas…

Una manera de traducir esta referencia al campo del Otro —o del Edipo— es referirla a los ideales culturales que rigen las identificaciones sexuales en el campo de la cultura. Pero no deja de ser extraño que Lacan diga «campo del Otro» al hablar de ideales culturales, omitiendo referirse en esta cita al «campo del Otro» en relación a la pulsión, dado que él mismo nos enseñó que no hay pulsión que no surja en el campo del Otro… Aunque también «Las pulsiones parciales a diferencia de la “pulsión genital” (el entrecomillado es mío) no están sometidas al campo del Otro, o sea al campo del Edipo». Entonces le pregunto a Lacan: ¿cómo es esto del campo del Otro? Y escucho su respuesta: el Otro del Edipo no es lo mismo que el Otro de la pulsión…

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