Читать книгу Crema volteada онлайн
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El dios cristiano fue una que oímos de cerca. Habló durante siglos. Todos prestaban atención. Le dio sentido al mundo y significado a la vida humana. Hoy pocos lo traen a colación en conversaciones públicas. Perdió toda fuerza argumental; en realidad, derecho a hablar. En privado, en grupos cerrados, puede ser…
El iluminismo, el individuo libre, el progreso, la ciencia y la razón reemplazaron a esa voz en la historia. En el fondo era la misma – la misma moral, la misma esperanza en un futuro de salvación, cuando menos siempre mejor, el mismo mesianismo, la misma creencia en la verdad –, reconvertida en humana y terrena. La seguridad en el progreso fue su promesa fundamental, la fuente del sentido y la orientación que trajo al mundo. Todos éramos parte de una humanidad que progresaba. Es una voz que, como la anterior, perdió su fuera significadora. No todo progresa con el progreso y lo que progresa no resulta ser tan importante, después de todo. Hoy día no nos llena de sentido la promesa del conocimiento, la libertad y las oportunidades creadas por el avance del conocimiento científico.