Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

34 страница из 101

—Sin embargo, no dudaste a la hora de traicionarme —lo interrumpió ella, porque sus palabras la atravesaban como un puñal, haciendo que el engaño fuera aún más doloroso. No fue capaz de contenerse y el dolor amordazó a la razón—. ¡Pero claro, tú eres el primero que dice que el amor no se piensa, se siente! Ya veo que tampoco pensaste esa noche en Brighton —le reprochó con tono irónico.

—No, no pensé, ahí tengo que darte la razón. Pero no tuvo nada que ver con el amor, te lo juro. Fui un irresponsable, un estúpido, y lo acepto. Y te pediría perdón de rodillas si supiera que al hacerlo sería capaz de borrar el dolor que vi en tus ojos ese día, y el que veo ahora mismo.

—No te pediré que te pongas de rodillas, pero tampoco esperes que olvide el pasado y sus consecuencias. Aunque intentes excusarte diciendo que eras joven y no sabías nada de la vida, recuerda que teníamos la misma edad y que en ningún momento se me cruzó por la cabeza engañarte. Tú lo hiciste —le recriminó, y Kyle tuvo que aceptar que lo que decía era verdad.

Правообладателям