Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

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—Por ahora todos los relatos son geniales, pero ella es única, ¡escribe tan bien, papá, nunca defrauda! —respondió con entusiasmo. Después volvió a abrir el libro—. Este relato… no sé cómo explicarlo, tiene algo especial —dijo acariciando las letras. Volvió a alzar la vista hacia su padre. Tenía la mirada llena de luz—. ¿Quieres que te lea algunos párrafos?

—¡Claro! —exclamó Kyle mientras sonreía—. Estás tan entusiasmada con esa autora que me muero de curiosidad.

Bethany sonrió. Le encantaba sumergirse en un libro y dejar volar la imaginación, enamorarse de cada letra y de cada coma, experimentar un sinfín de sensaciones… la lectura le provocaba todo eso y mucho más. Giró la página para leer una escena desde el principio.

Paseábamos por Holland Park. Habíamos visitado los bosques de azaleas, y en ese momento recorríamos el jardín japonés del parque. El paisaje fuera de lo común, con sus colores impresionantes e inmensa tranquilidad, me tenía maravillada. Me sentía la protagonista de un cuento de hadas y, sin necesidad de esforzarme demasiado, podía llegar a imaginar que un inmenso dragón de escamas tornasoladas alzaba el vuelo desde la majestuosa cascada.

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