Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

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—Creo que deberíamos ir pidiendo la cuenta —señaló la escritora. La hora se les había pasado volando y, por el movimiento de los empleados, resultaba evidente que la cafetería estaba a punto de cerrar.

—Tienes razón —ratificó Kyle con pesar al comprobar la hora que era: casi las seis. Le hizo señas a una camarera antes de volver a centrarse en Emily—. ¿Podemos quedar otro día?

—Kyle…

—Milly, por favor. ¿Tan malo ha sido volver a verme?

—No es eso —murmuró desviando la mirada.

—¿Entonces?

Emily respiró hondo antes de responder.

—Solo voy a aceptar volver a verte si tienes claro que no es con fines románticos. No quiero que te crees falsas expectativas.

—¿Seríamos amigos?

—Solo amigos —expuso de forma rotunda.

—Acepto. No quiero perderte otra vez.

—¿Quieres darme tu número de teléfono y te apuntas el mío? —le preguntó ella, que se había puesto nerviosa de pronto. No lo admitiría nunca, pero sintió un leve cosquilleo en el estómago ante la perspectiva de retomar el contacto.

—¡Desde luego! —asintió él. Se sacó el móvil del bolsillo y abrió la agenda para añadir un nuevo contacto. Bajo el nombre «Milly», y con el corazón latiéndole a mil por hora, fue apuntando los números que ella le dictaba. Al terminar, levantó la cabeza para mirarla a los ojos—. Gracias —le dijo con extrema humildad. Sabía que ese acto tan simple, el de darle su número de teléfono, era su manera de decirle que le perdonaba todo el daño que le había hecho en el pasado.

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