Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

75 страница из 101

—Es muy admirable, Milly. Me siento un poco tonto por haber contado «mis locuras» —entonó las últimas palabras como si las hubiese entrecomillado.

—Todo lo contrario. Hemos tenido motores distintos, pero igual de importantes. Debes sentirte orgulloso de las cosas que has hecho por tu hija, sobre todo porque te ha movido tu amor como padre. ¿Puede haber algo más maravilloso que eso? Te aseguro que, para Bethany, eres un héroe.

—¿Realmente lo crees? No es que quiera que me vea como un héroe, ni siquiera me lo he planteado, solo me conformo con saber que estoy haciendo las cosas bien. A veces tengo tantas dudas…

—No tengo experiencia al respecto, pero me imagino que todos los padres tienen esas inquietudes. Pero no te preocupes, Kyle, intuyo que lo estás haciendo bien.

—Eso espero…

—¿Te das cuenta de que ha pasado casi una hora? —señaló después de echar un vistazo al reloj de pared, en el que destacaban tres mariposas azul índigo en pleno vuelo sobre un fondo de flores en tonos pastel.

Él no respondió de inmediato, solo curvó los labios en una sonrisa. Se sentía satisfecho porque había vislumbrado esa conexión que tenían antaño, cuando eran capaces de hablar durante horas y no paraban de hilar temas e irse por las ramas, solo para tomar un nuevo hilo. No sería tan iluso como para suponer que ya habían superado todas las barreras, claro que no; pero sí representaba un avance, un escalón más, un pequeño logro.

Правообладателям