Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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Covarrubias asocia los atriles con el libro para cantar y los vincula al Templo de Jerusalén en el que los sacerdotes cantaban las alabanzas del Señor en tres atrios y, supone él, debían usar estos facistoles que debían estar en medio del atrio o en medio del coro. Terreros Pando dice que sirven para escribir y guardar papeles en una especie de cajón que se les hace.

En los inventarios de Carlos V y la familia imperial, los materiales que se emplearon para ejecutarlos son hierro, hierro plateado, plata y plata dorada. Pueden ser objetos de gran lujo, adornados con piedras preciosas, esmaltes o sencillos instrumentos de uso de mínimo valor en el inventario.

Es evidente su uso dentro del aparato simbólico del entorno real y como medio de amplificación de la figura regia, porta elementos heráldicos.

La plata dorada de un atril de Juana de Castilla pesa cinco marcos, tres onzas y una ochava, cerca de dos kilos. El cerco labrado encuadra la representación de su linaje y ostenta las armas reales esmaltadas con la división de sus muebles en relieve, leones coronados.ssss1 Delatan su uso los deterioros que se recogen en los inventarios: un león sin corona, un hilo de hierro que sujeta el pie quebrado de un atril de plata dorada para el altar con una cruz de Alcántara y cuatro medallas, otro más del mismo metal, con las armas de Castilla y Portugal y unas cadenas, también aparece quebrado entre los bienes de Carlos V.

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