Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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Las protecciones –fundas, forros, camisas–de Martín I y de María de Castilla son escasas y mayoritariamente sencillas –de aluda y de cuero se describen dos–acordes a la definición del lujo de sus encuadernaciones.

En María de Castilla aparecen realizadas en piel, ajustándose al material de las cubiertas. De aluda blanca, en un libro de Hugo dedicado a ella, encuadernado en cuero rojo, en otro –en el que se especifica su carácter mó-vil–es de cuero rojo, contrastando con la encuadernación en cuero verde de ese Vitae Patrum.ssss1

El forro y la funda son elementos adicionales, superfluos, indicativos de un tipo de entendimiento del lujo que aún no ha llegado a tener el mayor uso de las colecciones posteriores. Sin embargo hay alguna excepción significativa. Entre los libros de Martín I se describen las fundas de dos misales en pergamino: una en damasco verde, otra en terciopelo verde estampado con flores rojas, cierres de cinta roja y oro, protegiendo encuadernación en cordobán rojo con hierros y cierres de plata con el escudo real en un caso y, en el otro, los de Aragón y San Jorge. También en su inventario, entre los bienes recibidos por herencia de su boda con la condesa de Foix, se describe una camisa de seda negra y roja, forrada de tercianela roja –terçanell–, que es una seda parecida al tafetán, aunque más fuerte y lustrosa, empleada en cortinas, banderas y forros, que cubría otra de sus encuadernaciones joya: un excepcional trabajo de orfebrería religiosa figurativa que convertía un Salterio en un tabernáculo simbólico. En unas Horas en pergamino de María de Castilla, encuadernadas en cuero verde gofrado, se especifica «ab cubertes dessús tot» de damasquinado violeta, bordadas de oro, con dos botones, distinguiendo la funda de les «propdites cubertes», una auténtica encuadernación de lujo con cinco perlas gruesas conjugadas con otras pequeñas, y un sistema de cierre de alta joyería: dos cierres labrados guarnecidos con parche rojo, bordado con oro y dos ganchitos de oro con cinco perlas gruesas y otras menudas. En la cabecera, algunas perlas menudas debían formar un arriaz.ssss1

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