Читать книгу Mueve tu ADN. Recuperar la salud con el movimiento natural онлайн
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Esta descripción de los movimientos que realizamos a lo largo de la vida no es más que una generalización, pero es muy posible que tú, querido lector, te identifiques con casi todo lo que he expuesto en ella. La descripción cronológica de los movimientos que has realizado resulta crucial, pues tu cuerpo ha sido literalmente conformado por las experiencias de movimiento que has tenido. Y cuando hablo de movimiento, no me refiero tan solo al ejercicio; estoy hablando de cada acción y de cada movimiento que ha realizado tu organismo, de todas y cada una de las posturas que ha adoptado durante el transcurso de tu vida.
Imagina que tu cuerpo estuviese hecho de arcilla; cada tipo de movimiento, dependiendo de su frecuencia, daría lugar a una forma física diferente. Ahora vete llevando esa bola de arcilla imaginaria que es tu cuerpo a través de tu descripción cronológica de movimientos, teniendo en cuenta cómo te desarrollaste en las primeras etapas de tu vida, tus actividades favoritas, los accidentes o las lesiones deportivas que sufriste, tus hábitos en lo referente al calzado, los pupitres del colegio, tu sofá favorito y la postura que adoptas en el coche cuando conduces. Y, después de todo eso, crea en tu mente la forma «resultante». Ahora ponte delante de un espejo y échate un vistazo. Ese trozo de arcilla modelada que tienes en mente debería parecerse a como eres ahora mismo; debería ser igual que ese que aparece en el espejo. Todo lo que has hecho hasta ahora ha dado como resultado tu «forma». Y recuerda que gracias a la comprensión que ahora tenemos de las cargas y de la epigenética, sabemos que la forma literal que tienes afecta no solamente a las funciones de los tejidos de tu organismo, sino también a la salud celular. En definitiva, afecta a todo.