Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн

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En Europa, Pío XII había tenido que vencer una fuerte resistencia de corrientes católicas contrarias a la aceptación de la línea demócrata cristiana como la posición oficial de la Iglesia. La aceptación de un universo político plural no significaba una renuncia a la pretensión de que el catolicismo se constituyera en sostén ético del Estado. En el caso argentino, la revista Criterio condujo, como en otras ocasiones, un giro doctrinario en consonancia con la posición oficial del papado. Es decir, continuó la tendencia a que la publicación aspirara a ubicarse en el justo medio frente a las posiciones más extremas sostenidas tanto desde el integrismo como desde el progresismo católico.

En mayo de 1955, en una nota referida al catolicismo europeo se advertía nítidamente el nuevo tono del discurso adoptado por Criterio a través del pensamiento de su director:

Líbreme Dios de acusar a los hombres de la pasada generación, tratándolos de malos católicos; afirmo simplemente que no comprendieron el problema. Todo su error está contenido en el vocablo conservador o si se prefiere en el término integrismo. En virtud del primero se pensaba en defender más que en conquistar, en polemizar más que enseñar, en buscar los puntos de oposición más que los de contacto, en levantar muros más que en abrir avenidas. En virtud del segundo, se inquirían los defectos de los católicos que no se contentaban con repetir automáticamente las fórmulas de sus antepasados, se rebuscaban herejes por todas partes, se proferían quejas porque existían manifestaciones incompletas de catolicismo, se sembraba desconfianza. Gracias a Dios, los conservadores y los integristas hacen figura de ruinas supérstites a las que nadie podrá librar de su pronto derrumbe.9 (Franceschi, 1955c: 128)

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