Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн

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Los católicos sociales, en cambio, se mantenían cercanos a la idea de una “tercera vía” igualmente distanciada del individualismo del capitalismo liberal como del totalitarismo comunizante y ateo.

La recién constituida democracia cristiana contenía en su seno corrientes internas que adscribían a estas líneas hacia 1955. Según Enrique Ghirardi (1985), existían en ese momento tres grandes corrientes. La primera estaba integrada por las figuras de Manuel Ordóñez, Ambrosio Romero Carranza e Iván Vila Echagüe. Se trataba de dirigentes universitarios y profesionales de clase alta, liberales tanto en materia política como económica. La segunda corriente la integraban Lucas Ayarragaray, Horacio Peña y Jorge García Venturini. En su mayoría, eran universitarios de clase media y de extracción popular que se definían maritainianos ortodoxos. Rechazaban el liberalismo económico, simpatizaban con sus pares chilenos y rescataban muchos aspectos de la política social y del nacionalismo económico del peronismo. Tendieron redes en el ámbito sindical. La tercera corriente contaba con dirigentes como Agustín Luchía Puig. Eran fuertemente antiperonistas, pero reivindicaban la vigencia de la Doctrina Social de la Iglesia. El sacerdote Iñaki de Aspiazu era uno de sus principales referentes. Los integristas, por su parte, fueron los únicos que no estuvieron dispuestos en ceder ni un ápice en su postura decididamente antidemocrática.11

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