Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
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El 23 de abril comenta que Roubaud continuaba dictando el curso a toda velocidad. También continuaban los chistes. Por ejemplo: «la Corte pasaba el invierno en las Tuilerías, y el verano en castillos diversos». Después de haber dicho eso, Roubaud se había preguntado por qué y había estallado a reír, pero ellos se aburrían. El ritmo de trabajo, sin embargo, no menguaba y el 3 de mayo, día de su decimonoveno aniversario, escribe a su padre: «te escribo una carta breve, porque he de hacer historia, y más historia... el Concurso se acerca; ¡yo me sumerjo en la historia pero es que hay muchas cosas por aprender!». Cuatro días después, escribe desde la Biblioteca Pedagógica, de donde había tomado dos manuales de cuatrocientas páginas cada uno, que antes del examen tenía que hacer una composición de filosofía, una composición de tema, y aprender para el miércoles siguiente «toda la Europa de 1848 a 1890, las relaciones inter-nacionales y las políticas de interior de diferentes países, comprendidos Francia, la República de Andorra y el principado de Mónaco». Por lo que respecta a las notas, las sensaciones eran contradictorias. Aquel día, Vilar comunica una de las mejores notas en Historia, con su trabajo sobre Estados Unidos, pero ahora parecía estar menos convencido que el día que lo había presentado: