Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
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Roubaud me ha reprochado, claro, haber realizado un plan demasiado artificioso: tiene razón, porque el suyo, extremadamente simple, no puede ser más «ómnibus» y ciertamente claro, neto, preciso, perfecto. Pero evidentemente, ninguna originalidad, ninguna idea general; hechos, hechos, hechos. Tiene razón, pero eso vale para la historia vista desde arriba; nos reprocha que escribamos «Francia hizo eso, hizo aquello», y quiere que digamos «el gobierno francés». Detesta que hablemos de «naciones», de «clases sociales», diciendo que ello deforma los hechos. Pero su plan es espectacular, y ha insistido tanto en ello, que estamos convencidos de que prevé que salga algo parecido en el Concurso. Parece que tiene una habilidad especial para intuir los temas con mayores posibilidades: el año pasado insistió mucho sobre la obra de Napoleón y sus aspectos duraderos. Ojalá este año tenga el mismo olfato. Si saliera esta pregunta ¡cómo disfrutaríamos! Seríamos 50 a rapiñar, ciertamente, pero con la dificultad de los ejercicios, los otros institutos resultarían noqueados, lo que ya sería alguna cosa. Además, el liceo Louis le Grand siempre queda primero en historia, dicen. Es justo, pero si la justicia prevaleciera en todos los campos, ¡los resultados deberían ser pésimos en Filosofía y en Francés!