Читать книгу Revistas para la democracia. El papel de la prensa no diaria durante la Transición онлайн

38 страница из 99

En su primer editorial, César Alonso de los Ríos justificaba la publicación de La Calle como la mejor manera de compensar la frustración de unos lectores de izquierda que demandaban una publicación «coherente» con sus ideas y unos redactores que ansiaban un medio donde «escribir a su aire». Insistía en que La Calle no iba a ser una revista neutral, pero tampoco una plataforma ideológica, ni por supuesto un órgano de partido. De acuerdo con este primer editorial, el equipo de redactores de la revista aspiraba a «replantearlo todo», proporcionando a sus lectores una visión política de la vida.ssss1 Esta afirmación es la que con seguridad explica el interés y la extraordinaria carga profesional −atendiendo al número de periodistas y páginas ocupados− que la revista depositaba en las secciones de «Economía», «Laboral» y «Política». Para La Calle se trataba de un momento clave en la construcción de un modelo económico que consolidara la conquista de derechos laborales, a la vez que la influencia social de los sindicatos como agentes sociales imprescindibles en la interlocución laboral.ssss1 En el plano político, del proceso constituyente no interesaba más que la estructuración territorial del Estado y la presión preautonómica, que se dejaba sentir tanto en las marchas populares como en las entrevistas en los despachos.ssss1 En este sentido, a Cataluña se le reservó un destacadísimo peso informativo ya desde que, en el primer número de La Calle, Andreu Claret anunciara el viaje de Tarradellas a Madrid y se hiciera eco del temor advertido entonces por la izquierda del riesgo de presidencialismo que representaba su figura.ssss1

Правообладателям