Читать книгу Pisagua, 1948. Anticomunismo y militarización política en Chile онлайн
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Sin duda, la principal resistencia pública comunista la personificó el poeta Pablo Neruda, quien desde el hemiciclo refutó las acusaciones que en su contra lanzó el gobierno, atribuyéndole injurias al Presidente de la República y sometiéndolo a los Tribunales de Justicia. Fue desaforado y se ordenó su detención. En ese marco, Neruda imputó al Presidente pretender evitar «que desde este recinto se deje escuchar mi crítica a las medidas de represión […] ante el Honorable Senado […] En Chile no hay libertad de palabra, no se vive libre del temor. Centenares de hombres que luchan por que nuestra patria viva libre de miseria son perseguidos, maltratados, ofendidos y condenados […] Hay una petición de desafuero en mi contra. La razón de ella no está en las acusaciones que se me hacen, sino en el hecho, imperdonable para el gobierno, de haber hecho saber al país y al mundo sobre las actuaciones que él quería hacer permanentemente en la sombra espesa, aherrojado el país por las facultades extraordinarias, la censura de prensa y las detenciones»144. Citando al abogado Carlos Vicuña Fuentes, su defensor ante el Pleno de la Corte de Apelaciones, sostuvo que sus cargos políticos a Gabriel González no eran injurias, porque correspondían a hechos ciertos y conocidos en Chile y el mundo, como la intromisión estadounidense en el aparato estatal del país, especialmente en el militar, y la participación de empresas extranjeras en la identificación de los futuros trabajadores detenidos, nacionales y extranjeros.