Читать книгу Pisagua, 1948. Anticomunismo y militarización política en Chile онлайн

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A diferencia de la dictadura ibañista, cuando la prensa comunista fue escasa, los Prefectos de policía y de Investigaciones de los tiempos de Gabriel González informaban permanentemente al Jefe de Zona de Emergencia de Tarapacá del hallazgo de panfletos en la vía pública: «En calle Pedro Lagos, un panfleto en el que se recuerda la muerte de Luis Emilio Recabarren, y en su parte final se injuria a S. E. el Presidente de la República y su gobierno. Horas más tarde, el carabinero Alberto Villalobos Jiménez encontró, en la Plaza Condell, SIETE (sic) de estos mismos ejemplares y el carabinero Mario Aguirre encontró 15 más en la Plaza Prat»152. Este tipo de denuncia no era excepcional, pues constantemente la Prefectura de la misma provincia informaba sobre volantes y recortes de propaganda encontrados pegados en las “javas” que transportaban los obreros pampinos: «No fue posible ubicar al autor(s) de esa propaganda, pero se presume que llega de otras localidades en encomiendas, sobres y paquetes postales, por lo que esta Prefectura dio instrucciones al Jefe de la Tenencia de Pozo Almonte para que se entrevistara con el Bienestar de las oficinas salitreras de su sector, para controlar la llegada de paquetes a aquellas personas que se encuentren sindicadas de simpatizantes comunistas […] estos mismos volantes y folletos han llegado por intermedio del correo, dirigidos al suscrito y a oficiales de su dependencia […] si esa Jefatura lo estima procedente, disponga que el Gabinete de Identificación trate de individualizar las posibles huellas digitales que puedan encontrarse en su interior»153.


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