Читать книгу La conquista de la identidad. México y España, 1521-1910 онлайн
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Esta alianza bélica entre las naciones nahuas, otomíes o purépechas con Castilla debemos aquilatarla y justipreciarla en su calado y dimensión solo si la comparamos, por ejemplo, con las campañas de los árabes en los siglos vii y viii. Los árabes, mientras conquistaban pueblos de diversa raigambre cultural en la luna fértil siriaca o el norte de África, una vez pacificados e islamizados los movilizaban de inmediato para seguir su avance imparable hacia el gran magreb. Una campaña que en menos de un siglo los llevó de Damasco al Ebro, siendo los árabes minoría en estos ejércitos y los pueblos recién islamizados, mayoría.4 Historia muy similar a la de Castilla en Mesoamérica que conquistó, partiendo de la orilla del lago de Texcoco, todo el territorio comprendido entre Cem Anáhuac (territorio bajo dominio mexica) y el norte de California, Arizona o Texas, y por el sur el comprendido entre Cholula y Nicaragua, todo ello mediante los ejércitos aliados aportados por los pueblos recién cristianizados. No olvidemos que entre Damasco y Zaragoza, dos puntos distantes de la expansión militar árabe, hay algo menos de cinco mil kilómetros, y que entre San Francisco en California y Managua en Nicaragua, dos puntos distantes dentro del territorio de la expansión militar novohispana, hay algo menos de seis mil. No perdamos de vista entonces la envergadura de la expansión militar a la que nos estamos refiriendo.