Читать книгу La conquista de la identidad. México y España, 1521-1910 онлайн

34 страница из 56

En el marco de la apropiación simbólica cristiana de la Alhambra, se erigió el inmueble opresivo y brillante del Palacio de Carlos V. Allí el artista Juan de Orea realizó un bajorrelieve sobre la batalla de Pavía, el gran éxito militar de Carlos sobre Francia, acción de gran repercusión en la que se capturó prisionero al mismísimo rey galo. Pavía, junto con la campaña de Túnez, no tuvo competencia en el imaginario bélico de Carlos. Ambas jornadas estuvieron a la misma altura en su representación propagandística que su victoria norteña en Mülberg a la que hizo inmortalizar con tanto talento a Tiziano. También, y en torno a la representación triunfalista de la gran victoria de Pavía, destaca por su calidad el tapiz encargado a Bernard van Orley manufacturado en Bruselas y hoy exhibido en Capodimonte. Asimismo, en el palacio nazarí ya cristianizado, en el espacio conocido como “Peinador de la Reina”, se encargó decorar al fresco dos salas. En una de ellas se recreó la toma de Túnez por el rey/emperador. Esta jornada en Berbería sería tema preferido de Carlos para exaltar sus éxitos en el frente meridional, el más castellano de todos. Se mandaron confeccionar con este tema doce tapices, de los que hoy sobreviven diez, los cuales relatan con detalle la conquista de Túnez, y lo hacen con la maestría de su autor, Mervellen. Se cree que su destino era el mismo Alcázar toledano. Nueve metros de ancho para dar pábulo al éxito cristiano sobre la expansión magrebí del sultán otomano. El prestigio de estos tapices y su temática bélico-religiosa fue asombrosa. Se transformaron por siglos en una suerte de “sala de batallas portátil” y se exhibieron en la boda de Ana de Austria con Luis XIII, en el bautizo de la Infanta Margarita, en el nombramiento de Santa Teresa como patrona del reino o durante las procesiones del Corpus, celebración de un alto simbolismo contrarreformista y antiluterano, en las que se colocaban en la misma fachada del Alcázar de Madrid. El Corpus y los tapices tunecinos fungieron como talismanes aliados del emperador en hermanada lucha contra ismaelitas y herejes. Finalmente los tapices pasaron al Salón Dorado o de Comedias del Alcázar, y hoy encontramos uno de ellos colgado en la Armería Real del Palacio de Oriente exhibiendo en su magnificencia la revista de las tropas por el emperador previa al embarque del ejército en las galeras atracadas en Barcelona para iniciar la ofensiva en Berbería.

Правообладателям