Читать книгу La conquista de la identidad. México y España, 1521-1910 онлайн

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Debemos considerar, para ir interiorizando las razones de este vacío indiano en la memoria histórico-bélica de la corona, que los naturales de las Indias antes de la conquista no eran infieles, eran gentiles, y el papa Alejandro VI, antiguo purpurado valenciano, mediante las inter caeteras refrendó la posesión de aquel continente para Castilla y León a cambio de su evangelización, por ende, la monarquía católica entendió y fue en ello de una congruencia a prueba de siglos, que no debía fomentar ni presumir ni propalar la conquista como una empresa militar urbi et orbi. No es que se negara la relevancia militar del hecho cortesiano, esta había quedado plasmada en las múltiples, y muchas de ellas brillantes, crónicas de Indias, tanto las oficiales como las particulares, y también en las obras de los escritores del Siglo de Oro5 que dramatizaron empática y ampliamente esta hazaña, Lope de Vega, por ejemplo, con especial talento. Pasaba en realidad que no convenía a los intereses de la monarquía fincar su legitimidad en América en la fuerza de las armas sino en los designios de Dios. Además no fueron campañas del rey, sino campañas privadas bajo banderas leales al rey; nunca el monarca estuvo en ellas, y en consecuencia este las quiso interpretar y rememorar como instrumentos de una misión evan­gélica, y no como un sometimiento manu militari de mexicas, caxcanes, incas y demás naciones, y también, cabe resaltarlo, los monarcas hispánicos tuvieron en esta actitud la abierta intención de restar poder e influencia a la nueva aristocracia militar naciente en América a la que se quería domeñar, no exaltar. De ahí el consistente silencio secular de parte del aparato propagandístico de la corona sobre estas conquistas.

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