Читать книгу Creación lírica y cancionero amoroso. Una lectura de los "Sonetos espirituales" de Juan Ramón Jiménez онлайн

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Este sendero que se va dibujando realza un motivo esencial: el del caminar que, en definitiva, simboliza el vivir como decíamos, y que va a entrañar un esfuerzo por su sentido ascendente y, en ocasiones, accidentado. Esta peregrinatio, el yo caminante la realizará en su condición de amante y de hombre solo, doble proyección que irá configurando una particular historia vivencial y espiritual, cada una con su respectivo símbolo de protagonización, el corazón (iter cordis) y el alma (iter animi). Sin embargo, más que un motivo, como también adelantábamos, nos encontramos ante un topos de alta funcionalidad y tradición literaria bien arraigada, que aquí simplemente dejamos apuntado, pero que retomaremos al profundizar en el apartado de las imágenes:


Antes de dar por concluido el análisis de este vector, quisiéramos señalar algunos topemas, es decir, localizaciones espaciales recurrentes (López-Casanova, 1994: 98), que aportan algunos matices al planteamiento espacial que estamos viendo. Se trata de los variados ámbitos idílicos que se pueden clasificar en espacios extensos, abiertos y apacibles, como el prado y el campo, que invitan a dar rienda suelta a los pensamientos; o bien, espacios más acotados, íntimos y exquisitos, como el jardín, favorable a encuentros confidenciales y amorosos. Inclasificable en uno u otro ámbito, el bosque sobresale aquí como enclave único por dos razones fundamentales: es un lugar extraño y silvestre, se diría sagrado, reservado a la ambientación mitológica: al refugio de Diana en el s. 26. La otra razón es más profunda, ya que se estaría utilizando como un símbolo para referirse a un estado del alma: de confusión o desazón. La expresión «mi bosque interno» surge justo en el s. 37, en una fase de abatimiento del sujeto. Símbolo, por cierto, empleado también en la alegoría inicial que abre la Divina commedia de Dante (ed. en italiano de P. Vetro, 1992: 2-5) con la que, desde luego, se da más de una concomitancia:

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