Читать книгу Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias онлайн
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«En el patio primero […] se erigieron dos altares a uno y otro lado de la entrada al patio mayor. Estavan vestidas sus paredes de hermosas colgaduras, sirviéndolas de cenefa una orden de bellíssimas pinturas, tan bien ajustadas que parecían hechas al intento. Sobre las cortinas avía muchos geroglíficos e ingeniosos versos. Todo el patio grande se cubrió de los toldos de lienço que sirven a la festividad del Corpus en las plaças de la Seo y del Mercado. Sus quatro seras, desde los texados hasta el suelo, se entapizaron de damascos, terciopelos y brocados, corriendo por lo alto otra hilera de quadros como en el primer patio. En el medio del mayor se erigió el túmulo, y su planta era de 36 palmos en quadro. Del primer cuerpo, elevado siete palmos del suelo, salían a cada esquina una pirámide de bien pintados jaspes y 24 palmos de alto; cada una contenía un nicho bien formado y en él un hermoso y devoto Niño. Del medio de este primer plano se levantavan quatro gradas en seisavo y sobre ellas doze proporcionadas colunas, de orden corinthio, con sus capiteles, arquitrave, friso y cornisa, que coronavan una galería de bien imitado bronce, con muchas luzes y con doze floreros en los ángulos. En el friso, con bien formados caracteres, se leía este lugar de Escritura Oculus Dei respexit illum in bono, et erexit eum ab humilitate ipsius, et exaltavit caput eius (Ecclesiati. 11, 13). Por dentro se descubría un Cielo raso azul sembrado de estrellas de oro y por fuera se elevava un cimborio, o media naranja seisavada, de 11 palmos de alto, que rematava en una proporcionada bola y su pirámide por difinición. En el centro de la obra, sobre el seisavo, sentava la tumba o féretro, cubierto de un riquíssimo paño de brocado y tres almohadas de lo mismo y un bonete negro de clérigo encima, con una curiosa guirnalda de flores que sustentavan dos ángeles»42