Читать книгу Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias онлайн

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Desde aquella fecha no habría manifestación contraria al ordinario diocesano que no tuviera entre sus promotores o participantes alumnos y profesores del Estudi General, quienes desafiaron abiertamente los sucesivos mandatos arzobispales limitando la devoción simonista. En este sentido, durante la procesión del Viernes Santo de 1613, junto a las andas de la Pasión, desfilaría un Crucifijo con Francisco Jerónimo a los pies bañado por la sangre que emanaba de las santas llagas. En otro de los pasos el mismo sacerdote ayudaba a Cristo a portar la cruz. El prelado puso en marcha una investigación para esclarecer la autoría de ambas invenciones, atribuidas al catedrático Blas García, que daría con sus huesos en la cárcel provocando un hondo malestar entre el claustro universitario.57

Encontronazos similares se sucedieron en los años siguientes. Hasta que las tensiones alcanzaran su punto más álgido a comienzos de 1619. Para entonces fray Isidoro Aliaga habría arrancado al Santo Oficio la prohibición de cualquier manifestación de culto público a mosén Simó. El día previo a la publicación de los correspondientes decretos inquisitoriales un grupo de estudiantes llamó a rebato mediante la pega masiva de cedulones en las fachadas de los principales edificios del cap i casal, entre ellos el de la propia Universidad convocante. Decían así los carteles:

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