Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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Pero no siempre resulta fácil establecer la cronología de estas producciones, porque al carácter conservador de la industria textil hay que unir la descontextualización de muchas de las piezas o su hallazgo en contextos en los cuales no es fácil determinar su datación,ssss1 por lo que resultan de gran ayuda los métodos científicos de caracterización.

La institucionalización del tiraz durante el emirato de Abd al-Rahman II conlleva necesariamente la prosperidad de la industria textil andalusí a comienzos del siglo IX, pero desconocemos si algunos de los ejemplos conservados son anteriores al siglo X. Los tejidos clasificados en esta centuria se han caracterizado por presentar su decoración con técnica de tapiz, dominante en la cuenca del Mediterráneo durante la Antigüedad tardía. Si bien no está documentada la llegada de tejedores egipcios que practicaron secularmente esta técnica, las similitudes tecnológicas y decorativas hacen probable su presencia en al-Ándalus. Los tejidos de tapicería andalusíes presentan particularidades ya señaladas por Carmen Bernis.ssss1 El repertorio decorativo de piezas tan significativas como el almaizar de Hisam II (Real Academia de la Historia, Madrid)ssss1 se aproxima a la producción textil del valle del Nilo anterior y coetánea, pudiéndose apreciar relaciones compositivas con las piezas contemporáneas fatimíes, aunque en el caso andalusí la seda se utiliza para las tramas y urdimbres y se incorporan hilos de oro en la decoración. Pero la franja del Pirineo (Instituto Valencia de Don Juan, Madrid), una de las piezas más significativas clasificadas en este periodo, decorada con círculos enlazados del que se conserva uno con una hembra de pavo inserta en una doble rueda con motivos vegetales estilizados, es más afín a la tradición oriental en composición y motivos, por lo que de ser andalusí nos permitiría establecer una segunda tradición vinculada a tejedores de origen sirio que pudieron llegar a al-Ándalus en los siglos VIII y IX. En todo caso, ambos tejidos permiten establecer la convivencia de dos tradiciones textiles.

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