Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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Por estas razones, no es sorprendente que los Estados Unidos tardaran más de dos años en obtener una respuesta de las autoridades españolas sobre las reclamaciones de ciudadanos estadounidenses afectados por la represión militar88. El principal punto de discusión entre ambos gobiernos era la ciudadanía de los reclamantes: la mayoría de ellos eran cubanos naturalizados como estadounidenses, en algunos casos de manera notoriamente irregular. España argumentaba que esos casos no podían discutirse por la vía diplomática porque los reclamantes no eran realmente súbditos norteamericanos, sino cubanos desleales que habían “comprado” su nacionalidad para blindar sus bienes y personas de la justicia española. Los Estados Unidos, por su parte, consideraban irrelevante si los norteamericanos que pedían la protección de su gobierno eran naturalizados o nativos porque se negaban a distinguir a sus ciudadanos en el exterior en función de su origen.

Ante la resistencia española, Washington terminó por ceder. En noviembre de 1870, Sickles propuso apartar todas las reclamaciones estadounidenses de la discusión diplomática mediante la creación de una comisión bilateral de arbitraje que resolviese todos los casos pendientes. Los ministros de Estado Práxedes Mateo-Sagasta (9-I-1870/27-XII-1870) y Cristino Martos (4-I-1871/24-VII-1871) aceptaron la proposición norteamericana y negociaron los términos con Sickles89.

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