Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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Con la ofensiva de los Estados Unidos en relación a las libertades civiles en Hong Kong, los derechos humanos de los uigures en Sinkiang y la autonomía de Taiwán, todos temas con al menos una connotación ideológica, tampoco es tan obvio que el conflicto no tenga ribetes ideológicos. En uno de los esfuerzos más recientes por despejar la temática de la Segunda Guerra Fría, Thomas J. Christensen ha dejado atrás lo de los planos del conflicto, para entrar en sus dinámicas (Christensen 2021). Admitiendo que en el curso de 2020, el gobierno de Trump le declaró una Guerra Fría a China, su argumento es que, en la práctica, no se dan las condiciones para reeditar lo que ocurrió entre los EE. UU. y la URSS. Ello, por tres razones: 1) la falta de confrontación ideológica; 2) la existencia de un mundo globalizado que no puede ser dividido en dos mitades o compartimentos estancos; y 3) la ausencia de un sistema de alianzas por ambas partes, que pudiese recrear algo equivalente a lo que fue la división bipolar Este-Oeste en los cincuenta y sesenta.

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