Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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Como ha señalado Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Política de Seguridad, la expresión se acuña originalmente en el ámbito de la política de defensa, y en particular de la industria de la defensa, pero se ha ido extendiendo a otros ámbitos, incluyendo la economía, la energía y la política en materia de datos, entre otros (Borrell 2020). Se basa en parte en proyecciones a futuro, que revelan que en veinte años la UE representará solo un 11% de la economía mundial, versus un 22% de China y un 14% de los Estados Unidos. En palabras de Borrell, “si no actuamos juntos ahora, nos volveremos irrelevantes… La autonomía estratégica es, desde esta perspectiva, un proceso de supervivencia política”. A ello Borrell añade la creciente interdependencia económica en el mundo de hoy, así como el desplazamiento del mundo hacia Asia, como factores que impulsan esta propuesta de autonomía estratégica.

La noción de autonomía estratégica no suscita unanimidad, y países como Francia y España la esgrimen con mayor vigor que Alemania. Ello no significa cuestionar la alianza transatlántica que ha anclado la política de defensa de la UEdesde sus inicios. Lo que hace es subrayar lo obvio. Desde la desaparición de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, la OTAN se ha mantenido vigente más como una “solución en búsqueda de un problema”, que como una respuesta a un desafío real. Y los esfuerzos de Washington por convencer a Europa que la Rusia de hoy equivale a la Unión Soviética de ayer, para efectos de promover sus propios intereses estratégicos y comerciales, ponen a la UE en situaciones cada vez más insostenibles. Lo mismo vale para lo que significa China, ya mencionado más arriba, en relación al tratado de inversiones con la UE.

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