Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

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Esta concepción distintivamente hobbesiana/freudiana del sujeto humano también se manifiesta en la interpretación de Elias sobre la violencia interpersonal y organizada. Más que conceptualizar la acción violenta como un producto de las relaciones sociales (cambiantes), para Elias la violencia tiene una cualidad naturalista. No solo no distingue entre el fenómeno psicológico de la agresión y el proceso sociológico que es la violencia, sino que también considera que el comportamiento violento es innatamente placentero. Al escribir sobre la «sociedad medieval», alude al «salvajismo originario de los sentimientos» y mantiene que para la mayoría de las personas «el placer de matar y torturar a otros fue enorme». Y debido a que «se manifestaban la agresividad, el odio y la alegría por los sufrimientos ajenos, de un modo más libre», estos eran «placeres socialmente permitidos» (Elias, 2000: 163). Desde este punto de vista, la violencia se considera un «impulso elemental» y «un medio de satisfacer los apetitos carnales». Por lo tanto, la violencia es un componente integral de la naturaleza humana que, si no se controla, conducirá de manera permanente al derramamiento de sangre y al abuso sobre otras personas (Elias, 1998: 23). Aquellos que habitaban el mundo medieval están representados como gobernados por «impulsos» no satisfechos y eran «salvajes, crueles, propensos a los arrebatos y se entregan por entero a la alegría del momento». Aparentemente encontraron «alegría» en el «saqueo y la violación», y esto dio expresión a su «deseo de no reconocer a nadie como señor» (Elias, 2000: 241-242).

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