Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн

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Desde luego, se habló de transiciones en otros momentos de la historia de España o de la historia universal. Bastará recordar, para la primera, la idea de estar ante un proceso de cambio, no ya con la proclamación de la Segunda República, sino con el propio fin de la dictadura de Primo de Rivera.ssss1 Para la segunda, no está de más recordar que la década de los setenta era en términos historiográficos la del gran debate acerca de «la transición del feudalismo al capitalismo», y no hay por qué descartar que esto ayudara a algunos autores marxistas a aceptar un término que en principio habría podido resultarles extraño.ssss1 Porque si bien es verdad que era lógico que en los medios del antifranquismo se contemplara, y desde muy pronto, que algún tipo de transición debía darse en el momento del pasaje de la dictadura a la democracia,ssss1 no lo es menos que esta noción viene empleada –diría que de forma pionera– por sectores del régimen, o que vienen de él, al hilo de las previsiones «sucesorias».ssss1

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