Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн
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Podríamos sintetizar lo expuesto señalando que el, los absolutos, de la transición se articulan como relatos alternativos de algo cuya existencia se reconoce y magnifica, para lo bueno y para lo malo, pero ignorando que ese algo, el término-concepto transición, es en sí mismo el producto de uno o varios relatos.ssss1 Y es a partir de aquí cuando podemos intentar profundizar algo más en el tema de los relatos contrapuestos, de lo que los diferencia y de lo que tienen en común.
Porque en común tienen, en efecto, en muchos de los casos, un posicionamiento de los autores de las distintas aproximaciones a la transición, en el que parece imponerse la voluntad de legitimar o deslegitimar, sobre la de entender el proceso en toda su complejidad. Con frecuencia, el autorconstructor de un relato determinado se convierte de hecho en el juez dispuesto a explicar lo que se hizo bien y lo que se hizo mal, lo que se tenía que haber hecho pero no se hizo o lo que se hizo estupendamente bien, y así sucesivamente.