Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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Desde valencia, en tren, hicimos el viaje hasta Daimiel mi compañero Carlos Moncada y algunos oficiales de la Escuela que residían en valencia. Al llegar a Daimiel nos encontramos con el resto de compañeros de la promoción, pues todos habíamos sido destinados a la Jefatura de Transmisiones del XX Cuerpo de Ejército de Maniobras. Al frente de la misma estaba el capitán Sáenz de Buruaga, militar profesional de familia castrense. Tenía dos hermanos militares de alta graduación en la zona rebelde, uno de ellos al terminar la guerra llegó a alcanzar el grado de gobernador militar del Campo de Gibraltar con el empleo de capitán general. Este es uno de los infinitos casos de incidencias militares en que se enfrentaban hermanos y que paradójicamente obedecía a que al inicio de la guerra civil, a unos les había alcanzado residiendo en zona republicana y a los otros en la zona llamada por ellos nacional, donde había ganado la rebelión militar.
El capitán Sáenz de Buruaga fue muy protocolario en su recibimiento, parco en palabras y a ninguno de los que llegamos nos causó buena impresión. pensamos que era debido al exceso de trabajo de la unidad que se estaba organizando a marchas forzadas, por imperativo del curso de las operaciones militares en los distintos frentes de combate. Nos dijo que alguno nos quedaríamos en la Jefatura y otros pendiente de destino a las unidades de menor rango, como eran las divisiones y brigadas, cuyas fuerzas estaban diseminadas por los pueblos colindantes. Después de esta entrevista me propuse hacer lo posible por no quedarme en la Jefatura. Teníamos como cabo furriel a Martín, que era del barrio de Ruzafa, con el que congenié enseguida y al conocer mi deseo de irme, me aconsejaba que mantuviese un contacto más directo con el capitán, pero seguí actuando con prudencia, sin efectuar gesto alguno que denotase algún interés por quedarme.