Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн

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Desde Aldehuela fuimos dando líneas con mucha dificultad, pues independiente del terreno muy montañoso se unía el barro producido por las recientes nevadas, que hacía fatigoso el traslado del material, centralitas, bobinas, cables, etc. Una de las misiones más urgentes era establecer un observatorio, que al propio tiempo sirviese de puesto central avanzado de la División. Nos encargamos un oficial del Estado Mayor y yo y elegimos una prominencia desde la que se divisaba un descampado muy amplio frente a nosotros y con poca visibilidad, por la niebla reinante, se distinguía la Ermita de Castralvo, que se encontraba en terreno enemigo y era uno de los puntos estratégicos a tomar al inicio de la operación.

La primera misión de la unidad consistió en relevar las pocas fuerzas que defendían nuestro sector, avanzar entre Galiana y villaspesa, tomar la Ermita y así llegar a las puertas de Teruel, a la altura de la carretera de valencia. El día 13 de diciembre cayó una fuerte nevada con gran ventisca, que aún intensificó más la dificultad del traslado de los soldados. Este temporal con bajas temperaturas del orden de 12 a 16 grados bajo cero, y durmiendo a la intemperie, empezó a originar bajas por la congelación de extremidades. Esta tan intensa nevada hizo pensar en la imposibilidad de iniciar la ofensiva en la madrugada del 15 y aún se agudizó este temor cuando el día 14 aún se intensificó el temporal. No obstante, en la noche del 14 se dio luz verde para actuar al amanecer, fuese cual fuese el estado del tiempo.


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