Читать книгу Los días y los años онлайн

45 страница из 86

De la prepa 3 avisaron que el Ejército se acercaba.

–¿Te acuerdas del sonido de las botas claveteadas bajo la bóveda? –le comenté a Escudero.

Habíamos estado en Morelia durante la ocupación de la Universidad.

No pensábamos en una ocupación militar de la preparatoria, pero los informes se agravaban: la tropa había rodeado. Seguíamos en comunicación permanente. Nos repetíamos «no entrarán». Las razones para creerlo así eran muchas, entre las principales estaba lo breve del conflicto: en dos días de disturbios estudiantiles no utilizarían el Ejército; para eso eran los granaderos.

Después del comentario a Escudero, sentí un vacío en el estómago: son tan parecidos el edificio de la preparatoria en Morelia y el de la Preparatoria 3. Entre el humo, el aire viciado y los gritos, cada nueva noticia agravaba el desorden. Yo tenía cada vez más presente la desagradable sensación de impotencia, rabia y miedo que produce una ocupación militar: es lo más parecido a ver un ejército enemigo desfilando en triunfo por las calles de la ciudad derrotada; uno nunca llora, pero siente como si lo estuviera haciendo. Escudero había salido para informarse directamente de la situación en San Ildefonso. Cuando volvió me imaginé que la situación era grave, se subió al escritorio y pidió que escucháramos con calma. Todos esperamos.


Правообладателям