Читать книгу Si te sientes identificada, huye онлайн

33 страница из 36

Durante el camino, yo creía que nos daría tiempo a hablar sobre lo ocurrido el día anterior, quería saber si me había perdonado y si podría volver a confiar en mí. Pero no hablamos nada. No hubo charla. Él cogió su móvil y le hizo tres llamadas perdidas seguidas a Miguel, su mejor amigo. Me contó que eso era una señal, que una vez se prometieron que el día que perdieran la virginidad se harían tres llamadas perdidas para que el otro lo supiera al momento. Y así lo hizo. Al instante lo llamó su amigo y estuvieron hablando todo el camino hasta la estación. Al llegar, mi tren estaba a punto de salir. Él colgó el teléfono y solo me dio tiempo a comprar mi billete y subir hasta donde estaba mi andén. Allí nos despedimos con un beso y un hablamos luego. Subí al tren y entré en el vagón en busca del sitio perfecto para sentarme y poder pensar con calma. Acto seguido, llamé a mi madre para avisarla de que ya estaba en camino y que no tardaría en llegar. El viaje se me hizo corto, visualicé cada momento de la noche, ajena a cómo ese día influiría en mi vida.


Правообладателям