Читать книгу La democracia a prueba. Elecciones en la era de la posverdad онлайн

48 страница из 116

El cuadro 10 plantea un escenario alternativo; muestra qué habría ocurrido en 2018 si en vez de la fórmula actual se hubiera optado por una que respetara dos criterios: idéntica representación para cada entidad federativa –cuatro senadores– y proporcionalidad directa en cada entidad.34 Salta a la vista, en primer lugar, que si bien Morena tendría cierta sobrerrepresentación (43% de los senadores con 37.5% de los votos), los partidos de la coalición gobernante, que obtuvieron el 43% de los votos válidos, tendrían 56 senadores, el 43.75% de la Cámara alta. Es decir, con esta fórmula habría una representación más equilibrada entre sufragios y escaños en la Cámara de Senadores.

Con plena igualdad en la representación de las entidades y proporcionalidad directa,35 prácticamente todas las entidades tendrían una representación más plural que con el criterio vigente de conformación del Senado; ese escenario alternativo se presenta en el cuadro 11. Mientras que hoy sólo dos fuerzas pueden representar a alguna entidad, con la proporcionalidad directa eso únicamente ocurriría en Tabasco (donde Morena alcanzó el 68% de los votos). En el otro extremo, cinco entidades (Durango, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y San Luis Potosí) tendrían cuatro senadores de diferentes orígenes políticos cada uno, en consonancia con la mayor dispersión del voto que emitió la ciudadanía en esos estados. Incluso habría resultado electo un candidato independiente al Senado: Pedro Kumamoto, por Jalisco, quien si bien quedó en tercer lugar, obtuvo el 23% de la votación de su estado. Finalmente, en 26 entidades habría representación de tres partidos políticos diferentes, por lo que a lo sumo la fuerza más votada tendría el 50% de la representación, mientras que la segunda y tercera fuerzas contarían con el 25% de la representación cada una.


Правообладателям