Читать книгу La democracia a prueba. Elecciones en la era de la posverdad онлайн
49 страница из 116
Por otra parte, es interesante mostrar cómo se han incrementado los fenómenos de alternancia en la conformación del Senado, incluso con la fórmula de integración actual; es decir, de qué manera el partido que es dominante en una entidad puede dejar de serlo seis años después. Es lo que muestra el cuadro 12, donde se considera como alternancia en una entidad aquella elección en la que el partido que obtiene el primer lugar es distinto al que ganó la votación previa. Si bien el índice se ha acercado al 50%, que sería la misma probabilidad de alternancia que de continuidad, en 2018 el vuelco electoral fue de tal magnitud que sólo en cuatro de las 32 entidades volvió a ocupar el primer lugar el partido que había obtenido más votos en la elección al Senado en 2012.
Es oportuno insistir en que el abrumador triunfo de López Obrador no se acompañó por el mismo respaldo a su coalición en la votación de candidatos al Congreso de la Unión. El cuadro 13 muestra, una vez más, que el triunfador de la elección presidencial obtuvo 5.5 millones más votos que los candidatos que postularon los partidos de su coalición a la Cámara de Diputados, y 5.3 millones más que los candidatos al Senado. Es decir, si bien el abanderado presidencial logró transferir parte de su respaldo a los demás candidatos de su coalición, más de cinco millones de mexicanos que votaron por López Obrador no les dieron su apoyo a los candidatos de su coalición al Congreso, sino a partidos distintos, lo que significa que decidieron en libertad generarle contrapesos.