Читать книгу Las políticas sociales que vendrán онлайн
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El Estado debe garantizar la libertadssss1 y la suficiencia económica personal (autarquía). El tratado de FILODEMO Sobre la economía doméstica demuestra que los epicúreos no eran ajenos a la propiedad agrícola. Esta se debe administrar con prudencia, no llevados por el deseo de enriquecerse sin límite, ni tampoco carecer de lo necesario: “Una persona no debe proponerse adquirir una gran riqueza que no podría conseguirse sin esclavizar a multitud de personas o sin esclavizarse a sí mismo con los demás potentados”, SV 67. El Estado debe hacer posible que se cubran las necesidades naturales y proteger frente a los riesgos e injusticias.
III. La cárcel, la escuela y la medicina antiguas
Hoy día se da una movilización y una clausura de los espacios destinados a cárceles, hospitales, manicomios, cuarteles, fábricas y escuelas. Pero eso no existía en la antigüedad, los servicios sociales y la administración de la salud, de la enseñanza y de la justicia, eran mínimos.
ARISTÓTELES en Politica 1317b 28-30, afirma que: “la asamblea del pueblo tiene autoridad sobre todos o casi todos los asuntos, los magistrados sobre nada o los menos asuntos posibles”. Y en 1305a 29-32: “el pueblo tiene autoridad sobre las leyes”. En el Derecho romano republicano tiene también una administración mínima. Así, deja en manos de la asamblea del pueblo la pena de muerte: “Sobre la cabeza de un ciudadano… no debe deliberarse más que ante la asamblea del pueblo”ssss1, dice ya la LEY de las XII TABLAS, IX2.(ya del siglo V antes de nuestra era). Las acciones judiciales y el poder judicial son funciones de los pretores, no del ejecutivo ni del Senado. Las leyes nacen en la asamblea popular. En cambio durante el Principado de Augusto, el sistema judicial pasa a depender del príncipe, que está por encima de la ley, y de la administración áulica. Se establece por primera vez una policía dentro de la ciudad de Roma (la entrada de militares en la ciudad durante la República había estado totalmente prohibida); y también un sistema de cárceles (que durante la República sólo se utilizaban hasta que se alcanzara la sentencia no para fines disciplinarios).