Читать книгу Los centros de protección específicos de menores con problemas de conducta онлайн

29 страница из 136

Entendemos que los problemas de conducta son las manifestaciones externalizantes (hacia afuera) del malestar interno del niño o adolescente (conducta internalizante), y que, por tanto, la expresión conductual de dicho malestar evoluciona y se mueve en ese continuo internalizanteexternalizante. A ello hay que añadir la dificultad de la comorbilidad, puesto que a veces los problemas graves de conducta aparecen asociados a otros problemas (trastornos de aprendizaje, depresión, etc.) y pocas veces es posible delimitar si son causa, consecuencia, o sencillamente aparecen asociados.

Este tipo de dificultades se presentan en mayor frecuencia y con mayor prontitud en niños (6%-16% de prevalencia) que en niñas (2%-9%), y tiene un peor pronóstico si aparecen estas dificultades graves de conducta antes de los diez años, lo que predispone al desarrollo de personalidad antisocial en la adultez (EQUIPO METRA, 2004).

El esfuerzo por especificar una definición clara de estos problemas, tratando de dibujar un perfil específico de estos menores con problemas graves de conducta, se concreta en las clasificaciones categoriales de problemas mentales, que los definen de manera fenomenológica. En la actualidad, las versiones vigentes de estas clasificaciones se corresponden con el DSM 5 (elaborada por la American Psychiatric Association) y la CIE 11 (elaborada por la OMS). El DSM 5 clasifica los trastornos de conducta como trastornos perturbadores, de conducta y del control de los impulsos, y dentro de ellos identifica el trastorno negativista desafiante (TND), el trastorno de conducta disocial (TD), así como el trastorno explosivo intermitente, la piromanía o la cleptomanía, diferenciándolos de los trastornos relacionados con déficit de atención, como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que actualmente quedan englobado en los trastornos del neurodesarrollo.

Правообладателям