Читать книгу Los centros de protección específicos de menores con problemas de conducta онлайн
34 страница из 136
Entre los factores relacionales y psicosociales, destacan los patrones educativos de los progenitores, siendo los estilos educativos con componentes de falta de afecto, excesivo autoritarismo o falta de supervisión y límites los que mayor incidencia tienen en el desarrollo de problemas graves de conducta; si además hay disparidad de criterios educativos entre los padres con presencia de estos elementos, la probabilidad de desarrollo de problemas graves de conducta es mayor. Conviene tener en cuenta que ciertas características temperamentales del niño o niña interactúan con las propias de los padres, de modo que no todos los niños responden de la misma manera a las prácticas educativas de sus progenitores: aquellos niños con altos niveles de empatía responden bien a estilos educativos en los que se establecen contingencias de premios y castigos en función de cómo sea su conducta, mientras que los que tienen niveles bajos de empatía responden mejor a estilos educativos reforzantes basados en el refuerzo positivo (MILLER, JOHNSTON Y PASALICH, 2014). Hay que señalar así mismo diversos factores de riesgo asociados al entorno familiar, especialmente los antecedentes psiquiátricos de los padres (con riesgo elevado en los casos de depresión materna), o el consumo de alcohol o drogas por parte de los progenitores, así como el aprendizaje de pautas de respuestas disociales a través del modelaje de los padres, cuando el niño puede aprender de las conductas impulsivas, agresivas o violentas de alguno de sus progenitores, aunque no está claro si en la transmisión de padres a hijos de la conducta disocial pesa más lo aprendido o también existe un componente genético. Por otra parte, son precisamente los padres de niños, niñas o adolescentes con problemas de conducta los que se sienten peor preparados para afrontar las dificultades asociadas a la problemática de sus hijos, a diferencia de los padres con hijos con problemas de tipo emocional, cognitivo, de aprendizaje (EQUIPO METRA, 2003). Los datos de investigación muestran evidencias de que los conflictos entre los padres son frecuentes en estas familias, pero no está claro si actúan como factor etiológico o son consecuencia de las dificultades conductuales de su hijo o hija.