Читать книгу Violencia de género: retos pendientes y nuevos desafíos онлайн
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En cuanto a las penas, la legislación no hace ninguna observación específica, por lo que serían de aplicación las penas generales para los delitos de falsedad, por ser las Partidas derecho supletorio también para la legislación realssss1. Así, se castigaría con el destierro y la confiscación de bienes –que dejaría de tener efecto tras la constitución de Cádiz– en defecto de herederos, ascendientes o descendientes, hasta el tercer grado con la excepción del siervo al que se impone pena de muerte –que dejaría de tener valor con la desaparición de dicha figura–. Sin embargo, como podían existir muchas causas, además de la hereditaria, para llevar a cabo tal engaño, se entendía que no era admisible la aplicación del mismo castigo en todos los supuestos, sobre todo si tenemos en cuenta la importancia del arbitrio judicial, lo que daría lugar a un excesivo causismo y a que las penas tuvieran, prácticamente, un valor individual.
Del mismo modo, y bajo la influencia de lo establecido en el Derecho Romano, ya analizado, se recogía que, para evitar el engaño, el alcalde, junto con los parientes del causante, pusieran al menos “dos mujeres buenas” a vigilar el nacimiento, con buena iluminación y sin dejar pasar a otra mujer aparte de la comadrona y, aun así “bien catada que no pueda hacer engaño”ssss1. Para mayor seguridad, cuando se acercaba el momento, la mujer debía comunicarlo a los parientes, dando a luz en una casa con una sola entrada, en la que los parientes colocarían a algunas personas de confianza que controlasen que nada era introducido. El máximo de mujeres dentro de la casa sería de diez, seis sirvientas y dos comadronas, pero no podría en ella albergarse hombre alguno. Al nacer, se mostraría la criatura a los parientes, si estos lo deseasen. Además, en esta línea de control heredada, podían incluirse otras medidas de protección como la vigilancia del embarazo hasta el parto, para evitar abortos o infanticidios, lo cual nos recuerda, irremediablemente a la estudiada figura del curator ventrisssss1.