Читать книгу Compensaciones e indemnizaciones en las relaciones familiares онлайн
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La escasa formación o cualificación profesional es también uno de los aspectos esenciales para negar la temporalidad. Prácticamente en todas las sentencias en las que el alto Tribunal opta por una pensión indefinida han sido decisivas: la baja cualificación laboral de la beneficiaria, la insuficiencia o ausencia de formación, la falta de experiencia laboral o las dificultades para promocionar o reciclarse en el trabajo. Situación que suele tener su origen en la dedicación exclusiva al cuidado de los hijos y del cónyuge y al trabajo en el hogar durante los años de matrimonio. No en vano, la mayor dedicación a la familia puede suponer “una pérdida de unas legítimas expectativas profesionales y económicas al producirse la interrupción de la vida laboral en los primeros años, que es el período determinante del desarrollo profesional de cualquier persona” (STS 495/2019 de 25 septiembre, RJ 2019, 3769). Por ello, son también valoradas por el juez tanto la dedicación a la familia, como la duración del matrimonio, e incluso, la edad en la que lo ha contraído. Así lo reconoce, entre otras, la STS 403/2020 de 6 de julio (RJ 2020, 2315) al señalar que por “la edad de la recurrente, ausencia de formación, duración del matrimonio, edad en la que se contrajo, dedicación a la familia…, procede establecer la pensión compensatoria con carácter indefinido, con el fin de evitar el desequilibrio que la situación de divorcio…, no apreciándose posibilidades ciertas de inserción en la vida laboral”.