Читать книгу El gobierno de la función legal en las organizaciones. Operaciones legales, Innovación y Digitalización онлайн

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Pues bien, se observa que con bastante frecuencia las compañías aplican los mismos procesos de decisión independientemente de los potenciales resultados de las decisiones. En mi opinión, esto no es necesario e incluso puede ser contraproducente en la medida que ralentiza y complica el funcionamiento de la empresa. El proceso deberá variar dependiendo de las posibles consecuencias que pueda acarrear la decisión. Hay algunas decisiones –normalmente las menos– cuyas consecuencias son difícilmente reversibles. Una vez se ponen en práctica, ya no hay marcha atrás o ésta es extremadamente difícil o improbable. Este tipo de decisiones deben ponderarse detenidamente, considerarse desde diversos puntos de vista y escalarse a los niveles adecuados dentro de la organización, asegurándose que la información sobre la decisión fluye adecuadamente.

Sin embargo, otras decisiones –las más– no conllevan este tipo de consecuencias pues son reversibles o, al menos, habremos identificado una alternativa razonable para el caso de que las circunstancias vengan mal dadas. Si el riesgo es aceptable puesto que la situación es reversible, debería priorizarse una toma de decisión ágil, asegurándose de que la decisión se adopta por empleados con buen criterio y que se involucra a un número reducido de personas. Es más, en estos casos los miembros de la Asesoría Jurídica deberían sentirse cómodos en ofrecer su recomendación incluso cuando no cuentan con toda la información. Con ello, se trata de primar la agilidad frente al proceso, puesto que la velocidad de decisión es crítica en la mayoría de las estrategias empresariales y este es un aspecto, que sin embargo, no siempre se refleja en los procesos internos, con la consiguiente frustración e innecesaria fricción.

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