Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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Debido a que tenían clientes con intereses en común, por lo que podrían armar una estrategia en conjunto, se reunieron en la casa de D’Alessio en Canning. En ese encuentro el espía le informó a González que trabajaba para distintas agencias de seguridad. Sin embargo, el letrado de Fariña negó conocer a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y que alguna vez esta le hubiere pagado honorarios.

En el juzgado de Ramos Padilla confesó que la relación con D’Alessio se fortaleció, a tal punto que González fue su representante en la denuncia que le hizo el empresario Gabriel Traficante por extorsión (causa 76091/16); y otra radicada en el Juzgado Federal N° 2 de Lomas de Zamora.

Tanto Leonardo Fariña como su abogado reconocieron haberse reunido en su estudio con Marcelo Sebastián D’Alessio el 11 de febrero a la noche, es decir, entre medio de las dos declaraciones que brindaron al Juzgado de Dolores. En esa reunión el espía les habría contado que la extorsión hacia Etchebest “consistía en quedarse con un 33 % en connivencia y en partes iguales con Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, presuntos agentes de la AFI”16.

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